Edith Piaf - Non, je ne regrette rien - (original)

¡Cómo pasan los días!

Han pasado los días y no he escrito nada. Es triste no tener nada que contar. Todo es tan monótono y tan cotidiano que no merece la pena ser contado.

Ya terminé el cuadro y es lo único que puedo exponer aquí.

Hoy es un día triste, pues ha fallecido una persona a quien quería.

öleo de Luis Vargas Alejo

Hoy ha muerto en Jaén mi tío Juan

-"sólo un año mayor que yo"-

que partió como un rayo mientras dormía

y

al que yo quería tanto.

El quiso ser hortelano siempre

y a la tierra se vuelve a sus quehaceres,

buscando parcelas entre las nubes,

siempre tan callado.

Alimentó la tierra y las gallinas

cuidando el palomar con mucho aliento

y en ello se le fue la vida

que hoy recuerdo en este lienzo

que te pinté un día.

A pesar de esperado este momento,

tú, tan consumido por una enfermedad opaca,

siento un gran dolor inmenso, porque fuiste

mi tío del alma.

Temprano te llegó la hora ingrata

y lloro porque fuiste buena gente

y siento más tu muerte que la mía

mariposas azules entre amapolas.

Pero sé que volverás a tu huerto

y plantarás olivos en el cielo

sin andamios, ni azadas, ni sudores

como los buenos labradores.

© Luis Vargas Alejo

"A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero" (Miguel Hernández)

Hoy he empezado a pintar un nuevo cuadro. Después di un paseo con mi perro por las mismas calles, por las mismas plazas, por las mismas soledades. Todo parece igual a otras mañanas. Sin embargo cada paseo es diferente porque encuentro distintas nubes, distintos vientos, distintas personas...e incluso yo, tengo disitno ánimo.

Pero no le voy a dar más vueltas altema: soy el de siempre, pero más viejo cada día que pasa.

© Luis Vargas Alejo

HOY PINTÉ ESTE CUADRO

Fuego verde,

dureza de crestas rugosas,

pechos escarpados

párpados con lenguas acuosas

fuerza del viento, esmalte de la luz...

pinares que trepan desde el valle,

junto a la guarida

donde se esconden los entredichos

y los fantasmas,

en el silencio oculto de un poema visual,

cuando un pincel impertinente

ha robado el color de una melodía,

que quedó plasmada en un lienzo blanco.

© Luis Vargas Alejo 13-08-2017